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Lunes, 26 de marzo de 2012   |  Número 27
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REGINA REVILLA, PRESIDENTA DE ASEBIO
“La sanidad privada cubre las necesidades de un segmento de población que demanda algo más que asistencia de calidad”
“La biotecnología es un sector emergente en unos años muy difíciles”

Enrique Pita / Imagen: Diego S. Villasante. Madrid
El pasado 2011 fue un año complicado para todos los sectores industriales del país. Sin embargo, y a pesar de ello, Regina Revilla, presidenta de la Asociación Española de Bioempresas, destaca que “la biotecnología es un sector emergente en unos años muy difíciles”. Un sector que se caracteriza, entre otras cosas, por contar con un 80 por ciento de empresas jóvenes, que llegan con ideas nuevas y fuerzas renovadas. Con respecto al papel de la sanidad privada en el sistema sanitario español, Revilla destaca que “cubre las necesidades de un segmento de población importante que demandan algo más que una asistencia de calidad”.

Supongo que ha sido un año complicado para el sector biotecnológico, ¿cuentan ya con datos de 2011?

Nosotros manejamos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Como sabe, esto supone dos problemas. Por un lado, los datos que nos están aportando ahora mismo son de 2010. Además, tenemos un convenio de confidencialidad de manera que no podemos adelantar datos hasta la presentación oficial del Informe Asebio en el mes de junio. Indirectamente sí hay datos, como por ejemplo los del Informe Genoma España, que provienen de distintas fuentes, no son oficiales y no se pueden contrastar. Por eso preferimos los del INE, que son oficiales y contrastables.

Como decía, el Informe Genoma España es interanual, cada dos años. Se presentó hace unos meses, y ahí podemos observar la tendencia de crecimiento sostenido del sector biotecnológico incluso en época de crisis. Quizá el crecimiento ha sido menor que en años anteriores, pero no ha dejado de crecer ni en empleo, ni en facturación, ni en internacionalización, ni en acuerdos alcanzados ni en salidas a bolsa. También es muy significativo que el sector biotecnológico es el tercero en que más invierten las sociedades de Capital Riesgo. Si bien sigue siendo una inversión pequeña, es significativo porque la tendencia es muy positiva. Somos un sector emergente en unos años muy difíciles.

Hay que tener en cuenta que todas las compañías, tanto las de la línea roja, las biotech, las big pharma, las agroalimentarias, están tendiendo a una bioeconomía basada precisamente en la biotecnología. Incluso la estrategia europea que acaba de presentar la comisaria europea de Investigación e Innovación, Máire Geoghegan-Quinn, va en esa dirección.

Es un sector que está creciendo mucho en todas sus ramas. En el área de salud humana, tanto en el campo del diagnóstico, como en genética molecular, medicina personalizada o terapias avanzadas. Pero también en otras ramas como el área animal, biomasa, técnicas medioambientales, agroalimentación, etc. En este sentido, el año pasado fue el primero en que la base asociativa de Asebio contó, porcentualmente, con mayor número de empresas agroalimentarias que de salud humana.

¿El auge del sector agroalimentario va en detrimento del sector biosanitario?

No, en absoluto. Lo bueno de la biotecnología es que es un sector transversal, que es la forma de evolucionar de todas las tecnologías avanzadas. Por tanto, no solo no va en detrimento, sino que va a favor del desarrollo de nuevos alimentos o de mucha mejor seguridad alimentaria (como en el caso de la bacteria e-coli). Es un campo muy importante en el que hay oportunidades muy importantes y se están creando muchas empresas dedicadas a estos temas concretos o empresas muy establecidas están creando departamentos propios donde se desarrollan estos temas. Además, se están asociando a Asebio, nos ven como una fuente interesante de proporcionar servicios, información.

“Un número significativo de las empresas del sector parten de científicos que han salido de hospitales”.

Respecto a esa transversalidad, ¿se aprecia una apuesta por la biotecnología desde los centros sanitarios de nuestro país?

Se aprecia muchísimo. Tenga en cuenta que muchos de los desarrollos que en estos momentos se transforman en spin off nacen de centros públicos de investigación o de hospitales. Las terapias avanzadas, por ejemplo, se han desarrollado en los hospitales, igual que muchos ámbitos de la medicina personalizada, que tienen su origen en investigaciones en hospitales. Un número significativo de las empresas del sector parten de científicos que han salido de hospitales, también en el campo de las tecnologías sanitarias. Por ejemplo, destacaría el departamento de Bioingeniería del Hospital Gregorio Marañón, que está desarrollando nuevos sistemas de intervención quirúrgica en colaboración, por ejemplo, con la empresa GMV. Y como este hay muchísimos ejemplos.

¿Las administraciones están siendo sensibles a las demandas de la biotecnología pese al mal momento económico? ¿Confían en la apuesta innovadora de la biotecnología?

En este punto tenemos que hacer una distinción. Las más innovadoras sí creen en ello porque además tienen un componente científico y un entorno científico-tecnológico potente. Por ejemplo, hay un gran polo de investigación con una base biomédica muy importante en Navarra, donde la administración está totalmente volcada con la biotecnología y es una prioridad. Lo mismo ocurre en el País Vasco, que ha incluido como una prioridad la biotecnología en su Programa de Ciencia y Tecnología para este año, y entre otras cosas por eso ha apostado por celebrar Biospain, que quiere ser reflejo de todo lo que se hace e internacionalizar las tecnologías. Otra autonomía muy activa en el campo biotecnológico es Cataluña, que cuenta con Biocat y un entorno de parques científicos y de biociencias muy importante. También Andalucía, no solo en el sector salud sino también en el agroalimentario. Y, por supuesto, Madrid.

Estos polos sí son importantes, pero además hay otras comunidades que están desarrollando otros aspectos que tienen mucho que ver con la biotecnología. Por ejemplo, el acuerdo que Galicia alcanzó con la Unión Europea y con el entonces Ministerio de Ciencia e Innovación para la creación del Hospital 2050, que pretende ser un modelo nuevo de gestión sanitaria con la incorporación de todas las tecnologías, y ahí la biotecnología tiene cabida y un papel muy importante.

Además, resalta también la iniciativa que se aprobó el año pasado de Compra Pública de Tecnología Innovadora (CPTI). Es importante teniendo en cuenta el momento de crisis en que nos encontramos, hay que mirar al futuro pero con los pies en el suelo y hay que saber que el presente requiere un esfuerzo en esas medidas de austeridad muy grandes. Nosotros pensamos que una posibilidad importante es el desarrollo de la CPTI, que además permite hacer un nuevo modelo de empresa, orientada a las necesidades del cliente, a lo que demanda la sociedad. Estamos trabajando activamente con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y con algunas autonomías que están muy avanzadas en esta CPTI y que están dispuestas a llevarlo a cabo incluso tomando como modelo de éxito algún producto biotecnológico. En este sentido, destaca el País Vasco, que tiene un programa ya muy desarrollado y con quien creo que podemos empezar a trabajar enseguida, o Cataluña, que está diseñando el proceso de generación de CPTI orientada, entre otras cosas, a la biotecnología.

Así, estamos llegando a acuerdos donde este tema está más avanzado e incluso tenemos previsto, y lo estamos trabajando con alguna de nuestras empresas, presentar algunos proyectos para tener casos de éxito que puedan arrastrar a otras comunidades. Hay bastantes fondos, entre el 3 y el 4 por ciento de toda la compra pública tiene que ser orientada a tecnología innovadora. El riesgo es que se compren otras tecnologías, por lo que tenemos que hacer un esfuerzo para tener nuestro hueco, sobre todo en el área salud y alimentación, pero también en el área de energía.

¿Cómo valora la desaparición del Ministerio de Ciencia e Innovación? ¿Considera que con una Secretaría de Estado que funcione bien el resultado puede ser el mismo?

Sinceramente, creo que la decisión que se ha tomado es magnífica. Algo que echábamos de menos creo que todos los innovadores es que, a pesar de que existía un Ministerio que fomentaba la investigación, la ciencia y la tecnología, el resto de ministerios no se impregnaban, no asumían esto como una política de gobierno. Siempre hemos pensado que la ciencia, la tecnología y la competitividad tiene que ser una política de gobierno, y no puede estar mejor que en un ministerio que es el que tiene que decidir dónde van los fondos y las prioridades del Gobierno en colaboración con el resto de departamentos. Los países más avanzados tienen ministerios de competitividad, y en España necesitamos un ministerio de estas características muy fuerte para mirar al futuro. La ciencia es muy importante, pero hay que transformarla en riqueza. Ahí están los datos que dicen que somos un país muy potente en investigación científica pero que sin embargo no la transformamos en riqueza.

“Las autonomías más innovadoras creen en la apuesta innovadora de la biotecnología”.

Estar en el Ministerio de Competitividad, en el que además se están desarrollando políticas junto con otros ministerios, como el de Trabajo, que potencian la Ley de Emprendedores que acaban de anunciar, la Estrategia de Responsabilidad Social en las universidades que tiene un papel muy importante a la hora de estimular el emprendimiento entre los jóvenes universitarios, las facilidades de contratación de jóvenes investigadores, de mujeres jóvenes, e incluso, a nivel privado, hace unos días conocíamos una oferta que lanza la Fundación Botín para contratar personal altamente cualificado que esté en el paro por empresas innovadoras o centros de investigación, es una forma de crear riqueza en base al conocimiento y se están poniendo las medidas necesarias en una situación tan complicada como la actual para que esto se produzca.

Me parece muy interesante que la Secretaría de Estado esté en el Ministerio de Economía y Competitividad, además, con un ministro que ha sido muy activo a lo largo de su carrera profesional en la búsqueda de la competitividad. Para mí es, por tanto, una buena noticia. Además, tenemos una ventaja muy importante porque, por ejemplo en el sector farma, en la Comisión de Precios va a estar presente una persona de Innovación. Por lo tanto, el sector innovador tendrá una voz a la hora de decidir precios. Incluso han hecho un acercamiento importante hacia el Ministerio de Industria para que también piense en competitividad. Así, me parece magnífico, porque no es lo mismo estar en un ministerio aislado y que tiene que convencer al resto que estar en el ministerio que coordina económicamente el papel de los demás.

El nombramiento de la secretaria de Estado, Carmen Vela, ha estado rodeado de polémica. ¿Cómo juzga su papel?

Carmen Vela es una excelente profesional y además gran conocedora de todos los problemas relacionados con la ciencia y la tecnología. Tengo la suerte inmensa de conocerla desde que acabó sus estudios. Como conocerán, la empresa que ella dirigía (Ingenasa) fue la primera empresa pública que se creó desde el Ministerio de Industria y tuve la suerte de ser consejera de esa empresa hasta su privatización, aunque posteriormente hubo muchos problemas con la empresa que la había comprado y hubo otra vez que retomarla.

Es una persona que está luchando y conoce muy bien cómo moverse en situaciones de crisis, cómo se consigue financiación pública dentro y fuera de España, cómo se compite internacionalmente, cómo se desarrolla una compañía totalmente innovadora en mundos complejos, y además Carmen Vela ha jugado un papel muy importante en casi todos los comités nacionales e internacionales relacionados con ciencia y tecnología. Por otro lado, era la presidenta de la Asociación de Mujeres Científicas y Tecnólogas, donde hay una base de conocimiento importantísima en todos los ámbitos.

Creo que difícilmente habrían podido nombrar a nadie que tuviera un conocimiento tan profundo del sistema de ciencia y tecnología español y de la empresa, que además lo haya vivido, lo haya defendido, lo haya desarrollado, lo haya sufrido y lo haya disfrutado. Además, conoce perfectamente los problemas que tiene cualquiera que quiera hacer algo en el país y que lucha con el entorno en que se encuentra.

Ha vivido muchas crisis y las ha superado, por lo que creo que nadie mejor que alguien que ha vivido en propia carne todos esos problemas para que sepa cómo resolverlos, las dificultades que se pueden encontrar. Además, el estar en los dos lados de la mesa te hace ser muy sensible, conoces las necesidades de la sociedad civil y también las posibilidades que existen.

¿Qué reivindicaciones le han trasladado en la reunión que han mantenido con ella?

Cuando acude a cualquier reunión, Asebio siempre abre la posibilidad de acudir a los miembros de la Junta Directiva que quieran, y acuden aquellos que tienen más problemas con la audiencia con la que vamos a reunirnos. Creo que nadie mejor que el propio protagonista para explicar los problemas que tiene al administrador que tiene, de alguna manera, que resolverlos. Dicho esto, a la reunión con Carmen Vela acudimos el 80 por ciento de la Junta Directiva, aunque esto no debe ser tomado como una mala señal, más bien porque queríamos felicitarla por su nombramiento, entre otras razones porque estaba en la Junta hasta su nombramiento como secretaria de Estado.

A la reunión llevamos temas que ella ya conocía muy bien, aunque algunos los hemos priorizado de cara a esta legislatura y la situación en la que estamos. Somos conscientes del recorte que ha tenido que asumir, pero pensamos que en esta situación lo que hay que hacer es priorizar y definir qué es prioritario y lo que se considera que es más beneficioso para seguir creciendo. Ahora, teniendo en cuenta su posición, le hemos puesto sobre la mesa varios temas para que los priorice. Por un lado, la Compra Pública de Tecnología Innovadora, en lo que estamos trabajando mucho. También pusimos sobre la mesa el Estatuto de Joven Empresa Innovadora, que es muy importante para nosotros ya que prácticamente el 80 por ciento de la base asociativa de Asebio son empresas jóvenes.

También hablamos del adelanto de los créditos fiscales para aquellas empresas que están en pérdidas. Tenga en cuenta que el producto de maduración de nuestras empresas es muy largo. Otros países, para estimular el crecimiento de estos sectores, han desarrollado el adelanto de créditos, si bien muy limitado, muy acotados, deben tener un porcentaje muy elevado de sus recursos dedicados a la investigación. En este punto, fue pionera Francia, y después le han seguido Reino Unido e Irlanda. Desde la legislatura anterior Asebio trabaja para intentar que esto se apruebe en España, aunque no lo hemos conseguido. Ahora Carmen Vela sabe que para nosotros es prioritario. Estamos trabajándolo también con País Vasco y Navarra, que tienen regímenes especiales. Hemos visto que, como es sensible al tema, está buscando alternativas.

“Siempre hemos pensado que la ciencia, la tecnología y la competitividad tiene que ser una política de gobierno”.

Otro de los asuntos que preocupan mucho a las empresas biotecnológicas, sobre todo a las pequeñas y medianas, es el tema de los avales. Aunque sé que es muy difícil, hemos pedido que los programas del CDTI tengan en cuenta la flexibilidad de la financiación para las empresas, incluso que los instrumentos que ponen al servicio de la investigación, la ciencia y la tecnología, se adapten a los sectores que lo van a utilizar. Esto nos gustaría que ocurriera sobre todo en el Programa Innvierte, que tenía tres sectores que eran los que se habían elegidos como prioritarios y los instrumentos estaban muy adaptados a los otros dos sectores, el de la energía y el de las tic, pero en el caso del sector biotecnológico no estaba adaptado a la situación que tenemos en nuestro entorno y se ha quedado desierto. Antes de que fuera nombrada habíamos acudido con ella a pedir que se cambiara la orientación. El Programa nos interesa muchísimo, creemos que es magnífico, pero hay que adaptarlo a las necesidades del sector, porque mientras que en otros sectores hay grandes empresas tractoras que pueden arrastrar al resto, en nuestro caso, que es muy horizontal, nos faltan grandes empresas tractoras. Por tanto, hemos pedido que se vuelva a lanzar el programa, pero orientado a la realidad del sector biotecnológico.

Estamos trabajando muy bien con la Fundación Genoma España. Rafael Camacho está haciendo una labor magnífica. Pero sabemos que el Gobierno se está planteando, en el proceso de austeridad, reducir algunas fundaciones y empresas públicas. No sabemos si la Fundación Genoma España es una de ellas, pero en todo caso hemos pedido que permanezca, porque para nosotros es un gran instrumento porque tiene una serie de programas muy interesantes que ayudan a la creación de empresas biotecnológicas.

Ha citado el Capital Riesgo como una de las posibles vías de financiación del sector en estos momentos de dificultades económicas. ¿Cómo valora su papel en estos momentos de dificultades económicas?

Está jugando un papel muy testimonial todavía, pero es un problema europeo, no solo español. Europa no tiene tan adelantado o tan establecido el sistema de capital riesgo como puede suceder en Estados Unidos, donde se invierte rápidamente e incluso el fracaso se considera una parte del éxito de la operación y además, como está muy acostumbrado a invertir, sabe que en un porcentaje elevado de casos puede fracasar pero en otros puede recuperar su inversión y sabe los plazos.

Pero en Europa es mucho más difícil, sobre todo en sectores con periodos largos de maduración. Y en España lo es aún más porque hay una gran aversión al riesgo, a cualquier tipo de riesgo. Poco a poco vamos entrando, pero necesitamos casos de éxito. Por ejemplo la salida al Mercado Alternativo Bursátil de Bionaturis ha traído el interés por la inversión en el sector, como pasó también antes con AB Biotics o con Neuronpharma.

Es algo que nosotros intentamos continuamente, tenemos muchas reuniones para ello, y en Biospain tendremos un foro dedicado al capital riesgo. Esperamos que este año, como ya hay mucho más interés por lo que están haciendo las empresas del sector, que están logrando crecer en un entorno complicado y poniendo productos en el mercado, se apueste por el sector. Casi todas las empresas grandes se están reconvirtiendo, o por compra, o por alianza o por reconversión puramente dicha, creo que tiene un gran futuro, pero para ello hay que apostar a largo plazo, las políticas de innovación deben ser a largo plazo.

Habla de alianzas…desde otros sectores también se apunta hacia esa posibilidad dado el mal momento económico. ¿Cree que la industria farmacéutica tradicional puede ser un buen aliado de la biotecnología?

Creo que sí, lo están haciendo todas las bigpharma. En este sentido también le hemos pedido a la secretaria de Estado ayudas fiscales para este tipo de alianzas y también para capital riesgo. Si pudiéramos tener algún tipo de estímulo que permitiera que tuvieran algún tipo de beneficio, tanto las empresas de capital riesgo como las alianzas público-privadas como las alianzas entre empresas sería un gran estímulo.

El recorte que va a tener que hacer el Ministerio de Economía, que parece inevitable, puede significar que el intento de cambio de modelo productivo no vaya más allá y no cambie en la medida que se esperaba en lo que respecta a ciencia e innovación?

Los cambios se están produciendo desde hace mucho tiempo, pero es un proceso muy lento. No puedes pasar de un país que basa su economía en servicios a un país que la basa en el conocimiento de un día para otro, es labor de tiempo. Todos los países desarrollados, los que más compiten, tienen una tradición de muchos años, incluso secular, en el impulso de la ciencia y la tecnología. En estos momentos de crisis los países menos afectados son los más desarrollados tecnológicamente o los países emergentes, que están creciendo mucho.

“El Capital Riesgo está jugando un papel muy testimonial todavía”.

Aun así, se ha avanzado mucho. Hay que ver los ejemplos de éxito como el acuerdo que han alcanzado Adif y Renfe con el tren de Alta Velocidad. Nuestras empresas constructoras que están trabajando a nivel mundial con nuevas tecnologías en todas partes. Las empresas energéticas que trabajan a nivel mundial. A mí me gustaría tener ejemplos de éxito como estos en nuestro sector, aunque es cierto que los ejemplos de los que hablaba se deben a que han empezado antes, han invertido más, han contado con empresas grandes que lo han potenciado, y a nosotros nos ha faltado eso, una base sólida de empresas tractoras que hayan permitido un crecimiento importante del sector, aunque creo que estamos en el buen camino, porque ahora el conocimiento está en los pequeños grupos de investigación, e incluso hay grandes empresas que han dividido sus centros de investigación en pequeños grupos con ánimo de competir y obtener frutos. Creo que el futuro va por ahí, sobre todo en nuestro sector.

Ha señalado que el 80 por ciento de las empresas del sector son empresas jóvenes. ¿Las ayudas que reciben estos jóvenes emprendedores son suficientes, son eficientes?

Se están poniendo en marcha ahora, porque el Estatuto de Joven Empresa Innovadora se acaba de aprobar. Cuando Cristina Garmendia, ex ministra de Ciencia e Innovación, era presidenta de Asebio reclamaba este Estatuto. Así que si miramos lo que hemos ido pidiendo y se ha ido consiguiendo, al final se ha conseguido muchísimo. Pero la gente se olvida de la situación que tenías y lo que tienes ahora, y cuando se hace una cosa parece que ha sido fácil, y no, cuesta mucho tiempo, mucho trabajo, y hay que desarrollarlo.

Hay dos grandes asuntos que Garmendia pedía antes y que se han desarrollado durante su tiempo como ministra. Por un lado, la Compra Pública de Tecnología Innovadora, que puede ser un motor enorme de desarrollo tecnológico en nuestro país. Y por otro, el Estatuto de Joven Empresa Innovadora, que aún hay que desarrollar. Creo que son dos motores importantísimos.

Los jóvenes emprendedores vienen con otra mentalidad, más competitiva. Saben que tienen que buscarse la vida. A mí me emociona mucho ver la base asociativa de Asebio con gente que lucha tanto, con tanto entusiasmo, que se mueve por todos los mercados, con alianzas, y lo están consiguiendo. Hay muchas empresas que lo está logrando, son gente joven, spin-off de hospitales, centros públicos de investigación, etc., y que no están creando esas empresas en base a las ayudas que van a tener sino que las han creado en base a su conocimiento y saben competir. Con todo, toda ayuda es poca, sobre todo cuando estás naciendo.

Las ayudas mayores se necesitan en aquellos momentos difíciles, que son las segundas y terceras rondas de negociación. Crear una empresa no digo que sea fácil, y además en este momento hay que tener mucho coraje, pero el problema es cuando has llegado a un nivel de desarrollo en el que necesitas hacer una prueba de concepto que te cuesta mucho y que va a ser crítico para tu puesta en el mercado, y después en las siguientes rondas de negociación, que son cuellos de botella donde sería bueno ayudar. En otros países tienen más facilidades, pero también las pruebas de concepto se definen mejor de forma que puedes ofrecer para la alianza un producto más desarrollado y mucho más atractivo. Aquí nos falta ese paso, que creo que sería importantísimo.

Dice que hay otros países que ofrecen esas facilidades para este tipo de iniciativas. También se está advirtiendo desde hace unos meses que el retorno de investigadores en que se insistía en la legislatura pasada ha retrocedido, España ha perdido valor en ese sentido con la crisis. ¿Le preocupa este tema?

Todos los que tenemos una cierta edad hemos vivido en propia carne este problema. Para que el joven investigador no se vaya tiene que tener un entorno que le permita desarrollarse, y no solo desde el punto de vista de la investigación sino también desde el punto de vista de la empresa que crea puestos de trabajo, porque no todo el mundo puede trabajar en centros de investigación. Lo que se quiere es que el porcentaje de investigación privada aumente en nuestro país, por lo que hay que crear un entorno que permita la inversión privada y la posibilidad de crear puestos de trabajo de alta cualificación para estos investigadores.

Como es lógico, si aquí no encuentran cómo desarrollarse y otros países les dan esa oportunidad, se marcharán. Estamos en un mundo global, y creo que está muy bien salir fuera, pero lo bueno es tener sitios a los que retornar con alto valor añadido. Ha habido una etapa en la que se han reincorporado investigadores de mucho valor a centros públicos de investigación, se han creado fundaciones como CIEN, CNIO o Cenic, y a nivel autonómico también centros públicos muy importantes que han recuperado muchos investigadores de alta cualificación que estaban fuera.

Es muy complicado. Es necesario tener una oferta importante para que no se vayan, si no es imposible evitarlo. Y, como decía, tener sitios atractivos para que vuelvan si es que queremos recuperarlos. Siempre pienso que es una cuestión de entorno y de apuesta política, pero sé que es difícil transformarlo de la noche a la mañana, pero poco a poco vamos evolucionando.

Asebio ha participado en la V Conferencia Anual de las Plataformas Tecnológicas de Investigación Biomédica. ¿Qué valoración hace de estas iniciativas?

Estoy entusiasmada con esta reunión. Era la primera vez que participaba Asebio porque nuestra plataforma, la de Mercados Biotecnológicos, es la de más reciente creación, en abril de 2011. Los resultados de esta reunión han sido espectaculares. La participación de las distintas plataformas da muestra del carácter transversal de las innovaciones, que afecta a todos los sectores del conocimiento y que para nosotros, que tenemos asociadas a empresas de todos los sectores industriales, es una iniciativa fantástica de colaboración y de trabajo.

Parece mentira pero no se conocen los unos a los otros, aunque también es lógico, porque es imposible estar en todas partes. Así, saber qué está haciendo cada uno es importante. Los sistemas de transferencia de tecnología quizá no dan este tipo de información, y quizá sería bueno mejorarlo.

Nuestra plataforma ha mantenido muchísimas reuniones, prácticamente una al mes. Por ejemplo, con el CNIO, para descubrir posibilidades de colaboración. También nos hemos reunido personalidades del mundo científico, con la Agencia de Seguridad Alimentaria, con el Ministerio, etc. Además, también hemos puesto en marcha una iniciativa de comunicación al gran público, porque uno de los grandes problemas de la biotecnología es que la gente no conoce la presencia de las biotecnologías en su vida diaria.

“Pasar de una economía basada en servicios a un país que la basa en el conocimiento es labor de tiempo”.

¿Están satisfechos con la respuesta que han encontrado a la iniciativa ‘Biopositivízate’?

Sí, acudió una cantidad de gente inesperada. Era la primera vez que lo hacíamos y lo celebramos en un lugar de gran afluencia de gente. Se eligieron varias áreas temáticas, con conferencias divulgativas y talleres. Creemos que es una iniciativa magnífica que esperamos poder volver a celebrar.

¿Qué retos se plantea como presidenta de Asebio? ¿Qué le gustaría a la asociación que ocurriera este año?

Soy muy competitiva y mis retos son muy altos. Cuando presenté mi candidatura propuse una serie de puntos y estoy intentando cumplirlos todos. Uno de los más importantes, que retomé de la Junta Directiva anterior, es el adelanto de los productos fiscales. Le estoy dedicando mucho tiempo y, como comentaba al principio, estamos trabajando con País Vasco, Navarra y con el Ministerio de Economía, que en este momento incluso está buscando fórmulas creativas para poder ponerlo en marcha. Pero también con la presidenta de la Comisión de Economía del Congreso y con otros grupos políticos. Es una prioridad, aunque sabemos que es difícil y más en este momento, pero no se consigue lo que no se lucha.

Por otro lado, queremos establecer una relación más fluida con otras asociaciones porque tenemos mucho que compartir y es mucho mejor trabajar conjuntamente. En este sentido, hemos logrado una fluidez de comunicación y trabajo muy importante, hasta el punto que cuando se lanzó la Alianza por la Investigación e Innovación en la Salud (Alinnsa) por el Ministerio de Ciencia, se creó un Comité de Dirección (en el que están las cinco patronales: Fenin, Farmaindustria, la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas, la Asociación de Empresas del sector TIC, las Comunicaciones y los Contenidos Digitales y Asebio) para el que Asebio fue elegida vicepresidenta para que fuera la voz de las cinco. Este ha sido un gran paso porque tenemos mucho que conseguir juntas. Creemos que esta iniciativa es magnífica y va muy en la línea de iniciativas de otros países muy competitivos y la unión entre todos puede convertir este proyecto en modélico y servir de ejemplo a otros países.

También me gustaría hacer referencia a la base asociativa. Asebio está formada en casi un 80 por ciento por pequeñas empresas, muchas de ellas sin productos en el mercado o tiene un número muy escaso de productos, con pequeños recursos económicos. Así, para poder dar mejor servicio necesitamos más recursos, y los conseguimos fundamentalmente compitiendo para conseguir fondos, pero también compitiendo para aumentar nuestra base asociativa y dando mejor servicio a nuestros asociados. En este sentido estoy muy satisfecha porque solo en enero de 2012 hemos tenido una decena de incorporaciones, algunas de ellas muy importantes.

Otro de los temas que marcábamos en nuestra candidatura y que es necesario es intentar incrementar alianzas. Creo que a través de las plataformas y de las reuniones que estamos manteniendo con empresas de otros sectores estamos fomentando esas alianzas. Tuvimos que conseguir también la financiación de Biospain, que cuando llegué no tenía a nadie dispuesto a hacerlo, y en la situación económica actual era complicado, pero finalmente el País Vasco aceptó.

Es importante también fomentar la internacionalización de nuestras empresas. Esta es una de nuestras prioridades. Estamos trabajando con el ICEX para que el recorte que han sufrido las ayudas a la internacionalización nos afecten lo menos posible, y para ello vamos a centrarnos en encuentros y ferias donde pensamos que tenemos más posibilidades de éxito. En este sentido, queremos que Biospain se convierta en una de las primeras ferias europeas y que el éxito permita obtener algún tipo de recurso adicional.

También hemos tratado con Carmen Vela el VIII Programa Marco comunitario, que tiene unos recursos enormes y queremos captar esos recursos. Estamos intentando cerrar un acuerdo con el CDTI para ir juntos a captar esos recursos. Creo que al haber menos recursos nacionales debemos trabajar para captarlos en el extranjero.

¿Cuál es el papel de la Sanidad Privada? ¿Cree que la complementariedad de la sanidad pública y privada está siendo bien entendida, tanto política como socialmente?

La sanidad privada cubre las necesidades de un segmento de población importante que demandan algo más que una asistencia de calidad. La sanidad privada siempre ha ayudado al sistema público a cumplir bien sus objetivos / criterios de calidad asistencial y por otro lado, compromisos electorales. Quizás debería estar más presente en la investigación clínica, sobre todo, de patologías en las que aún falta mucho por descubrir, como el cáncer, enfermedades neurodegenerativas o cardiovasculares. Aquí existe un reto importante para trabajar conjuntamente. El paciente debe entender la importancia de cada sistema y la labor que cumple según las necesidades de cada persona.

¿Qué papel cree que está jugado el Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS) en el reconocimiento de la sanidad privada?

Creo que está jugando un papel muy importante a la hora de luchar por los derechos de los contribuyentes que no utilicen la sanidad pública, ya que pide deducciones para estas personas por el hecho de estar favoreciendo ahorros para el Sistema Nacional de Salud. Además, es una institución que aboga históricamente por el reconocimiento de la sanidad privada en España y por entablar relaciones de colaboración con el sector público.

 

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